Episodio 9: Las leyendas de la Alhambra

Transcripción:

La leyenda del patio de los leones

Uno de los rincones más famosos de la Alhambra es sin duda el Patio de los Leones. Cuenta la leyenda que hubo una princesa árabe llamada Zaira que viajó a Al-Ándalus y se alojó en el palacio, quedando extasiada con la belleza de la Alhambra.

El padre de Zaira era un rey malvado. Su madre había muerto hacía mucho, y conservaba de ella un talismán de recuerdo. La princesa conoció a un joven del que se enamoró, y se veían a escondidas. Un día el rey sorprendió al joven enamorado y lo condenó a morir. La joven entró a la alcoba del rey para suplicarle clemencia, pero no estaba. Pero encontró el diario del rey.

En el diario leyó que el rey no era su verdadero padre sino el hombre que asesinó, con la ayuda de 11 hombres, a lo verdaderos padres de Zaira. (Los padres de Zaira eran los auténticos reyes).

La joven enfurecida reunió en el patio al rey y a sus hombres, y el talismán de su cuello los convirtió en doce leones de piedra.

Leyenda de las tres princesas o la rosa de la Alhambra

De la Torre de las Infantas surge una de las leyendas más bonitas de la Alhambra. Allí se cuenta que hubo un rey que tenía tres hermosas hijas: Zayda, Zorayda y Zorahayda.

Un astrólogo le advirtió al rey que sus hijas corrían peligro de casarse con personas inadecuadas. Por eso el rey las encerró en una torre. Sin embargo, esta medida no resultó, ya que las jóvenes desde su ventana se enamoraron de tres caballeros cristianos que habían sido capturados por los soldados musulmanes. Las princesas se las arreglaron para conocer a los prisioneros. Una vez liberados las tres hermosas hijas del rey decidieron fugarse con los jóvenes cristianos.

Sin embargo, llegado el momento la más joven de las tres, Zorahayda, no se atrevió a huir, y se quedó sola. Murió joven y triste y sobre su sepultura creció una rosa, conocida como «la rosa de la Alhambra».

La leyenda de Ahmed al Kamel

Los espléndidos jardines del Generalife también guardan numerosas leyendas entre sus estanques y fuentes.

Una de ellas cuenta como en él se encerró de niño al príncipe Ahmed, a quien un vidente le había pronosticado un buen futuro excepto en el amor. El rey, para evitar que sufriera, lo recluyó en el Generalife con su filósofo Abben, bajo la pena de que si este le explicaba lo que era el amor le cortaría la cabeza.

El muchacho creció y cada vez le interesaban menos los estudios, por lo que Abben le enseñó la lengua de los pájaros.

Un día escuchó a un pájaro entonar el “canto del amor”, lo que le suscitó mucha curiosidad. Al poco tiempo cayó del cielo un ave perseguida por un halcón y Amhed la curó. A cambio, le preguntó qué era el amor. Una vez lo supo no podía quitárselo de la cabeza y escapaba del Generalife a observar a las muchachas de la corte.

Finalmente se enamoró de una de ellas y juntos se marcharon, siendo, contrariamente a lo que le advirtieron, muy felices.

Leyenda de la Puerta de la Justicia

La puerta que protege el acceso a la Alhambra es conocida como la Puerta de la Justicia. Sobre ella y su grandeza reza una leyenda: si existiese un caballero en la Tierra que al pasar a caballo bajo su arco exterior fuese capaz de tocar con la punta de su lanza la mano esculpida en lo más alto, sería para él el trono del reino de Granada.

leyendas de la alhambra

Leyendas

Encontramos muchas leyendas relacionadas con este monumento único

El Suspiro del Moro

Después que los reyes católicos conquistaran Granada, el rey moro y su séquito fueron desterrados de la ciudad y se les dio un pequeño territorio en las áridas Alpujarras, donde vivirían unos años.

La caída de Granada, según cuentan, se debió a la despreocupación de Boabdil por la defensa de Granada y su afición a las fiestas y al ocio.

Camino a su destierro, Boabdil no se atrevió a girar la mirada hacia Granada, y sólo cuando estuvo a mucha distancia, sobre la colina conocida como El Suspiro del Moro se detuvo. Allí observó por última vez su palacio... suspiró, y rompió a llorar; y fue su propia madre quien le dijo: "Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre".

Silla del Moro

Más allá del Generalife (cuando se observa desde la Alhambra), puede observarse una colina que está coronada por unas ruinas. Su nombre es La Silla del Moro. Esto se debe a que, el rey Boabdil (último gobernante de la Granada musulmana) tuvo que buscar refugio en este monte, después de una rebelión en la Ciudad de la Alhambra.

Fue desde allí donde el rey se sentó tristemente a contemplar la ciudad.

La leyenda de los azulejos de Mexuar

Esta es la sala más antigua del palacio.

El sultán se situaba en ella, dentro de una cámara elevada, oculta por celosías, con el fin de escuchar sin ser visto. Desde allí prestaba atención a sus súbditos e impartía justicia. En esa época el sultán tenía esa función judicial, y sus sentencias eran conocidas por ser imparciales.

En su puerta, anunciando su razón de ser, había un azulejo con un cartel que rezaba: “Entra y pide. No temas pedir justicia, que hallarla has.

Escucha nuestro Episodio 8 “Los secretos de la fortaleza roja” y descubre algunos enigmas de la Alhambra.

Y recuerda…¡se hace el idioma al hablar!



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